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Camina con madres necesitadas:
Vive el Evangelio de la Vida

El 25 de marzo de 2020, la solemnidad de la Anunciación del Señor, la Iglesia celebró el 25o aniversario de la encíclica papal Evangelium vitae (El Evangelio de la Vida). Este profético documento, escrito por un gran santo de nuestro tiempo, el papa Juan Pablo II, reafirmó la enseñanza constante de la Iglesia sobre el valor e inviolabilidad de cada vida humana.

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En esta encíclica, el Santo Padre explica que El Evangelio de la Vida es el centro del mensaje salvífico de Jesús al mundo. Por medio de la Encarnación de Cristo, Dios nos revela la dignidad de toda vida humana. Cada uno de nosotros está hecho a imagen y semejanza de Dios, y reflejamos su gloria y su huella. Por consiguiente, estamos llamados a “respetar, defender y promover la dignidad de cada persona humana, en todo momento y condición de su vida”.[1]

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Evangelium vitae resalta el papel especial y particular de las mujeres que traen el don de la vida al mundo. El papa Juan Pablo II ofrece un sincero agradecimiento a las “madres heroicas” quienes, al poner su confianza en Dios, “se dedican sin reservas a su familia, que sufren al dar a luz a sus hijos, y luego están dispuestas a soportar cualquier esfuerzo, a afrontar cualquier sacrificio, para transmitirles lo mejor de sí mismas”.[2]

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El papa Juan Pablo II también resume los muchos desafíos que las madres gestantes pueden tener, incluida la falta de apoyo del padre, problemas económicos, preocupaciones sobre su propia salud y la de su hijo, y presiones de la familia y de los amigos. El Santo Padre reconoce que un “recién nacido [s]e halla totalmente confiado a la protección y al cuidado de la mujer que lo lleva en su seno”.[3] Por este motivo, es de gran importancia que la Iglesia salga al encuentro de las madres, y les ofrezca su aliento, ayuda y apoyo.

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Por Cristo, hemos recibido el don del Evangelio de la Vida en su plenitud. Por ser miembros de la Iglesia, somos pueblo de la vida y para la vida. Es nuestro deber proclamar al mundo la verdad del Evangelio de la Vida, porque “precisamente el anuncio de Jesús es anuncio de la vida”.[4] El papa Juan Pablo II nos dio la tarea de construir una cultura de vida para combatir las fuerzas que operan en la cultura de la muerte. Nos motivó así: 

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Debemos preguntarnos, con gran lucidez y valentía, qué cultura de la vida se difunde hoy entre los cristianos, las familias, los grupos y las comunidades de nuestras diócesis. Con la misma claridad y decisión, debemos determinar qué pasos hemos de dar para servir a la vida según la plenitud de su verdad.[5]

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En honor al 25o aniversario de Evangelium vitae y en respuesta al llamado del papa Juan Pablo II, el Comité de Actividades Pro-Vida de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos lanzó una iniciativa nacional titulada: Camina con madres necesitadas. Las parroquias, por medio del apoyo de sus obispos y párrocos, están invitadas a unirse a esta iniciativa para incrementar el acercamiento y el apoyo de la Iglesia a las mujeres que tienen embarazos difíciles o inesperados. Este año especial de aniversario le ha concedido a la Iglesia la oportunidad de evaluar, expandir y dar a conocer de mejor manera los recursos existentes para madres embarazadas y familias necesitadas.

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En nuestras parroquias y vecindarios hay madres embarazadas y madres que crían hijos que están necesitadas, pero en su desesperación están acudiendo a otros lugares para pedir ayuda. Sabemos que las dificultades pueden ser inmensas para las mujeres con embarazos inoportunos, especialmente las mujeres que están en la pobreza, y las que más necesitan ayudan pueden no conocer los recursos a su alcance. Las mujeres que enfrentan embarazos difíciles deberían ver la Iglesia como un lugar donde encontrar ayuda, particularmente con su infinidad de servicios sociales y organizaciones dedicadas a satisfacer las necesidades de las personas en crisis.

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Por medio de Camina con madres necesitadas se le pide a la Iglesia que responda al llamado del papa Juan Pablo II y evalúe objetivamente la asistencia pastoral y práctica que en la actualidad brinda a madres embarazadas y a familias necesitadas y su eficacia en dar a conocer tal ayuda.

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El papa Juan Pablo II escribió que: “el agradecimiento y la alegría por la dignidad inconmensurable del hombre nos mueve a hacer a todos partícipes de este mensaje [El Evangelio de la vida]”.[6]

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Dijo que tenemos que llevar este mensaje “al corazón de cada hombre y mujer e introducirlo en lo más recóndito de toda la sociedad”.[7] Al acercarnos para brindar atención apoyo amoroso a las embarazadas y a sus hijos, damos testimonio de la santidad de toda persona humana, en cada etapa y en cada circunstancia.

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Evangelium vitae pone énfasis en que “el servicio de la caridad a la vida debe ser profundamente unitario: no se pueden tolerar unilateralismos y discriminaciones, porque la vida humana es sagrada e inviolable... se trata de ‘hacerse cargo’ de toda la vida y de la vida de todos”.[8] El papa Juan Pablo II resalta la increíble historia de servicio y caridad que la Iglesia ha brindado durante siglos a los abandonados y olvidados por la sociedad. Insta a que “cada comunidad cristiana, con nuevo sentido de responsabilidad, debe continuar escribiendo a través de una acción pastoral y social múltiple”.[9]

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Se nos llama a respetar y amar a cada ser humano como a nosotros mismos. Constituye nuestra responsabilidad cuidar y proteger la vida humana, en especial la vida de los más vulnerables entre nosotros. Evangelium vitae nos enseña que “el deber de acoger y servir la vida incumbe a todos y ha de manifestarse principalmente con la vida que se encuentra en condiciones de mayor debilidad”.[10]

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El papa Juan Pablo II escribió: “El Evangelio del amor de Dios al hombre, el Evangelio de la dignidad de la persona y el Evangelio de la vida son un único e indivisible Evangelio”.[11] El Evangelio de Jesús es el Evangelio de la Vida, y amar a Jesús es amar y servir la vida. Como seguidores de Cristo, que nos esforcemos por responder continuamente a las necesidades de los pobres y vulnerables que Dios nos ha confiado.

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Como parte de Camina con madres necesitadas, el Comité de Actividades Pro-Vida de la USCCB ofrecerá recursos educativos, pastorales y orientados a la acción para que las parroquias puedan ir a las periferias y llevar esperanza y ayuda a las mujeres necesitadas. Por medio de estos esfuerzos conjuntos de las parroquias de todo el país, esperamos acercarnos más al día en que cada mujer embarazada necesitada sepa adónde recurrir para recibir ayuda, y el aborto sea simplemente impensable. Visite WalkingWithMoms.com para obtener más información y para comprometerse a caminar en oración con las madres necesitadas.

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[1] Papa Juan Pablo II, Evangelium vitae, (Ciudad del Vaticano: Libreria Editrice Vaticana, 1995), 81. 

[2] Papa Juan Pablo II, Evangelium vitae, 86.

[3] Papa Juan Pablo II, Evangelium vitae, 58.

[4] Papa Juan Pablo II, Evangelium vitae, 80. 

[5] Papa Juan Pablo II, Evangelium vitae, 95. 

[6] Papa Juan Pablo II, Evangelium vitae, 80. 

[7] Ibid.

[8] Papa Juan Pablo II, Evangelium vitae, 87. 

[9] Ibid.

[10] Papa Juan Pablo II, Evangelium vitae, 43. 

[11] Papa Juan Pablo II, Evangelium vitae, 2.

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Fragmentos de Evangelium vitae © 1995, Libreria Editrice Vaticana. Se utiliza con permiso. Se reservan todos los derechos. iStock.com/SDI Productions. Los modelos son para ilustración solamente. Las fotos se usan con permiso. Se reservan todos los derechos. Copyright © 2022, United States Conference of Catholic Bishops, Washington, DC. Se reservan todos los derechos.

FOLLETO PARA BOLETINES

Este artículo también se encuentra disponible como folleto PDF de dos caras. Baje e imprima para utilizarlo en boletines, como complemento para la clase o ministerio, o en una exhibición de materiales sobre Respetemos la Vida.

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